domingo, 15 de noviembre de 2009

Mi minirelato

Agustín y su pequeña elefanta
Erase una vez un niño llamado Agustín que tenía 9 años y le apasionaba los animales, tanto que de mayor decía que iba a recoger todos los animales perdidos para poder ayudarles, ya que en su casa no podía porque era muy pequeña.
Agustín todas las noches soñaba que tenía un campo con muchos animales, eran tan bonitos sus sueños que siempre quería que se hiciera de noche para poder volver a soñar con todos los animales. Él le contaba todos los días a su señorita Celeste y a todos sus amigos lo que había soñado por la noche.
Un día, sus padres decidieron llevarlo al Selwo para que pudiera ver a todos los animales de allí. Él estaba muy ilusionado, sabía que por primera vez podría ver a todos los animales con los que había soñado; ese día fue el día más feliz de su vida porque pudo ver y tocar a todos los animales; sin embargo, el animal que más le llamo la atención fue una cría elefanta que era la primera elefanta asiática nacida en España porque a Agustín le dio mucha pena que la elefanta no conociera a toda su familia, ya que allí solo estaba su madre Sami, su padre Ghana y su tía Chiki.
Esa noche Agustín soñó que Sami venía a su casa a pedirle ayuda para poder ir a ver al resto de su familia; Agustín lo primero que hizo fue pensar en cómo llegar hasta Asia y lo que hizo fue ir a coger su bicicleta, pues según el mapa que estuvo mirando había muy poquito de España a Asia; pero cuando fue a montarse vio que Sami se caía de la bicicleta; por lo que decidió ir a la estación de autobús, allí seguramente irían más cómodos los dos; cuando llegaron a la estación el conductor les dijo que se montaran pero que iban a tener que pasar por varios países antes de llegar a Asia. Todas las mañanas Agustín le contaba a su clase todo lo que había pasado la noche anterior.
Pasado un mes, Agustín y Kanvar llegaron a Asia y por fin Kanvar conoció al resto de su familia. Agustín estaba muy contento porque pudo ver muchísimos elefantes juntos. Pero al día siguiente, les toco volver; cuando llegaron al Selwo la elefanta le conto a sus padres que Agustín había sido muy bueno con ella, por lo que le ofrecieron quedarse con ellos el tiempo que quisiera. Desde esa noche todas las noches soñaba que les cuidaba y desde entonces no sueña otra cosa que con ellos tres.

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